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No hagas suposiciones

Iba un tipo caminando por la acera, en la calle había tráfico normal. El tipo encuentra a una persona que está empujando su vehículo (un automóvil viejo). Esa persona le pide ayuda al tipo que va caminando. El tipo le dice que no y sigue caminando. La persona del vehículo dice “GRACIAS”. Momentos después el vehículo logra arrancar y cuando pasa al lado del tipo caminando la vuelve a gritar “GRACIAS” mientras saluda con la mano. El tipo que caminaba era yo y eso me pasó hace unas semanas.

La persona en su vehículo no iba feliz conmigo pero bueno, somos sanguíneos, sensibles, y nos duele que alguien nos fastidie o que no nos ayude cuando lo necesitamos. Es normal. Más nosotros los que somos latinoamericanos o hispanoamericanos, ese término siempre me confunde. Tenemos de nacimiento la “sangre muy caliente”.

Recuerdo que de pequeño y para qué negarlo, también en muchos años de mi adultez he sido muy enojado. Pensando que sólo yo vivo en este mundo, que en mi mundo sólo yo importo y los demás sólo me joden y que son idiotas. Como aquella persona que va conduciendo en el tráfico y se le atraviesa un motociclista o alguien no va lo suficientemente rápido “¡que les pasa! ¡ojalá se muera! ¡como que tuviera su tiempo!”. O el que va en el bus y alguna persona estorba en el camino o se cuela en la línea y “¡como se atreven! ¡van a hacer que llegue tarde!”.

Lo que pasa es que claro, no todos podemos analizar a cada persona y decir; no es conmigo que está enojada, es que esta persona debe tener un tema consigo mismo, ésta persona tiene alguna presión o alguna preocupación que no conocemos. Básicamente no nos paramos a pensar y respiramos antes de abrir la boca o hacer algo de lo cual puede que nos arrepintamos más temprano que tarde. Esto es para aquellos que tienen consciencia, algunos nunca piensan en sus acciones.

No hagas suposiciones, somos incapaces de conocer los pensamientos, tribulaciones y puntos de vista de otra persona. No pensés que lo que una persona hace y que te parece un fastidio está dirigido a tu persona. La mayoría del tiempo no vemos a los demás porque cada quién existe en su propio mundo.

Estarás pensando “que mala persona es Edgar”. Hay una máxima que dice; nunca te quejes y nunca te expliques. Pero quiero dar contexto a mi historia del inicio. Tengo entre 2 o 3 hernias lumbares y desde hace años no cargo objetos pesados y mis actividades siempre son de bajo impacto, ¿ponerme a empujar un vehículo viejo de esos que son pesados? No me haría bien. Pero eso la persona en su vehículo no lo sabía, asumió que yo no quería ayudar sólo porque si.

Nada de lo que los demás hacen es por vos. Lo hacen por ellos mismos. Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en el que vive cada uno de nosotros. Cuando nos sentimos ofendidos por lo que alguien nos dice o hace suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intenta fastidiarnos el día.