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StarCraft: The Dark Templar Saga

Autor

Christie Golden

Opinión

Ésta trilogía de libros está compuesta por Firstborn, Shadow Hunters y Twilight. Fue escrita en conjunto con la historia para StarCraft 2 y transcurre antes de dicho juego, además que pronostica ciertos elementos del mismo.

Los protagonistas principales son dos humanos y una protoss, pero hasta cierto punto porque la protoss en cuestión no posee un cuerpo físico. Jake Ramsey es un arqueólogo que debe investigar un nuevo descubrimiento, R.M. Dahl es una mercenaria contratada para proteger al equipo de Ramsey y Zamara es una protoss que se dedica a preservar las memorias de su pueblo que le han sido heredadas a través de la historia.

En el primer libro nos introducen a los personajes principales, secundarios y pasajeros. También nos hablan más de los protoss, cómo dio inicio su cultura, origen que se ha mantenido oculto u olvidado durante milenios.

Y en esto se enfocan bastante durante los tres libros, con varios pasajes dedicados a recuerdos que Ramsey ve a través de las memorias almacenadas de Zamara que fueron heredadas por sus ancestros de tiempos muy antiguos. También vemos como Dahl es traicionada y su forma de pensar va comenzando a cambiar.

Al principio del segundo libro los protagonistas humanos llegan a Aiur en un desesperado escape y guiados por Zamara siguen un misterioso objetivo en el planeta madre de los protoss. Aquí los recuerdos mostrados a Ramsey son sobre Aiur y el origen de los Templarios Oscuros.

En Aiur encuentran más aliados y enemigos, también nos enteramos del problema que Dahl sufrió hace muchos años; era una adicta a las drogas. Recibe apoyo de Ramsey y los otros protoss abandonados en el planeta durante la evacuación cuatro años antes.

Zamara los guió al planeta para recuperar un dispositivo que le permitiría salvar a su pueblo. En la batalla final deben combatir con los zerg enviados por Kerrigan y un Templario Oscuro renegado.

En ésta parte me gusta mucho el hecho que se refieran a Raynor y los eventos ocurridos en la guerra anterior ya que para escapar deben usar algo que fue muy importante en el juego también. Y tal como ocurrió en el tiempo de Adun, los protoss nuevamente se dividen.

Durante el tercer y último libro encontramos a Zeratul que aún sigue penando la muerte de su matriarca, parte de la historia es convencerlo para que ayude a Ramsey/Zamara a que la conciencia de ésta sea transferida a un cristal y evitar que el humano muera.

Mientras tanto Dahl se encuentra con Selendis en Shakuras y en lo que logran conseguir la ayuda que sus compañeros necesitan aprendemos más de lo que les ha ocurrido a los protoss desde la última guerra.

Es curioso ver esto ya que aunque los protoss fueron expulsados de su planeta natal y sus fuerzas gravemente disminuidas aún siguen conservando su voluntad y orgullo. Cosa que hace que todos los procedimientos sean muy lentos.

El conflicto final se libra entre las tres razas (y múltiples facciones) en un planeta de los Templarios Oscuros, aquí tenemos un vistazo a alguna de las nuevas unidades introducidas en StarCraft II y vemos, al menos de momento, el destino de Ulrezaj.

Con todo y todo es una lectura muy rápida y suave, sólo hay que estar preparados para el cambio de línea temporal y personajes narradores porque cambian según las experiencias de Ramsey a través de los libros.

Me hubiera gustado mucho haber leído ésta trilogía antes de jugar al StarCraft II, habría conocido muchas de las cosas y situaciones que se encuentran ahí.